viernes, 23 de octubre de 2009

Reflexiones de la II Experiencia Calopteryx

Ya recuperados del agotamiento físico y con los sentimientos un poco más calmados me apetece haceros un resumen de la 2ª caravana solidaria "Experiencia Calopteryx".

Marruecos es un país que, por más que voy, no deja de sorprenderme, lleno de contrastes, con una gente increible (lejos de los tópicos) y con unos paisajes inimaginables.

El viaje ha sido largo (3500 km por esas carreteritas de Alá), aunque se ha hecho muy corto, debido a que hemos tenido la sensación todo el tiempo de estar aportando un granito de arena a que la gente sea un poco más feliz, y a que este mundo lleno de mierda que nos rodea pueda ser mejor.

Lo primero es agradecer a todo la gente que nos ha ayudado a hacer esto posible (Trincharte, Ayto de Ojén, Ayto de Coín, Vicerrectorado de Estudiantes, Cátedra UNESCO, particulares, etc.), dándonos ropa, mantas (cada vez que cada uno de estos niños duerman calentitos en marruecos será en parte gracias a vosotros), material escolar (cada uno de estos niños que aprenda a leer y a escribir será en parte gracias a vosotros), zapatos, cepillos de dientes, caramelos, juguetes (cada vez que cada uno de estos niños sonría será en parte gracias a vosotros), etc. No había un centímetro libre en ninguno de los 5 coches. Esta vez conseguí que más calopteros se unieran a la causa y que los compañeros de Trincharte de Bellas Artes colaboraran con nosotros.

Hemos recorrido toda la zona central de marruecos hasta casi hasta la frontera con Argelia, por algunas carreteras que no venían en los mapas y que algunas veces nos sorprendían con tener final y que nos obligaban a dar la vuelta (imaginaros como está la gente que vive en esos pueblos aislados). Algunos niños lloraban al vernos, como pensando quien son estos tios tan blanquitos (a lo mejor eramos las primeras personas que no eran de su familia que veían).

Las sensaciones de estos últimos días son difíciles de expresar. Una de las personas que nos acompañaba (Antonio eres un grande) relataba la cara de satisfacción, cerrando los ojos, apretando los labios y mirando al cielo de un crío cuando este le puso unos zapatos. Otro hombre levantaba los brazos como dando gracias por habernos encontrado mientras intentaba explicarnos que en los últimos meses había perdido a sus padres y a su mujer.

La verdad que creía que me iba a resultar más fácil explicar el viaje, pero me avasallan los recuerdos y las sensaciones, y mis dedos se aturrullan sobre el teclado.

Una conclusión que si me gustaría que sacarais aquellos que estais leyendo es que cada uno de nosotros puede hacer algo por ayudar a los demás, y que cualquier cosa que os propongais es posible.

No me quiero olvidar de mis 11 compañeros, ha sido un placer poder compartir esta aventura con vosotros, especialmente contigo papá. Gracias.

En fin señores, toda una experiencia (que habrá que repetir)

2 Comments:

Anónimo said...

HABER MUCHA FOTO Y MUCHO REPORTAJE, PERO AL MEOLLO NO VAIS, HABIA ALLI ALIENIGENAS HUMANOIDES CON PIEL ESCAMOSA O NO?? YA SABES COMO LOS KE AHI POR... YA SABES CAXOPERRIX NO ME HAGAS HABLAR KE ME BUSCA LA CIA Y TO ESA ENTE.

Adela Casado said...

Seguro que ha sido emocionante pues transmitís la vivencia y el enorme valor de los pequeños gestos.
¡que no decaiga!